explosion de cancer de piel debido al cambio climatico.
Y nuevamente el cambio climatico sigue preocupando a la comunidad cientifica internacional, esta vez; la ciencia medica nos advierte de las consecuencias que traera el aumento de la temperatura en el mundo, la exposicion a los rayos del sol y otros agentes relacionados, en las enfermedades de la piel. El cambio climático provocará una explosión del cáncer de piel en los próximos diez o quince años. Ésta es la opinión del presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, Julián Conejo-Mir, que participa estos días en Logroño en la vigesimoprimera Reunión del Grupo Español de Dermatología Cosmética y Terapéutica. Este facultativo agregó que, ante la previsión antedicha, se impone extremar la prevención.
Conejo-Mir explicó que, en los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, se ha registrado un incremento notable de los casos de cáncer de piel. Se trata, dijo, del tipo de cáncer más frecuente en el ser humano y está claramente relacionado con la radiación lumínica. En esta misma línea, avanzó que un incremento del calor, la sequía y las horas de sol provocaría que las personas reciban mayor radiación y, por tanto, un alza de la incidencia de la enfermedad.
El equilibrio
«Si el cáncer de piel afecta a una de cada cinco personas en Australia», dijo, «afectará prácticamente a toda la población en países como España» en el futuro. La cuestión es que el sol resulta fundamental para la generación de vitamina D. En este contexto, dijo, la clave está en recurrir moderadamente al sol, de forma que el organismo sea capaz de sintetizar la dosis necesaria de vitamina D sin abusar de la radiación solar.
Esteban Parra, profesor de Antropología en la Universidad de Toronto y especialista en la evolución de la pigmentación humana, señaló la «gran controversia» existente entre los riesgos de una exposición prolongada al sol, la obtención de vitamina D mediante la radiación solar y el carácter inhibidor de esta vitamina en determinados tipos de cáncer.
Conejo-Mir y Parra apuntaron que se ha detectado un déficit preocupante de vitamina D en la población de lugares determinados. Esta cuestión, explicaron, ha motivado una reconsideración de la actitud de los dermatólogos ante el sol. Afirmaron que hay países, como Canadá, en los que no hay suficiente radiación entre los meses de noviembre y marzo para sintetizar suficiente vitamina D.
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