la ceguera de los rios

Es posible eliminar la ceguera de los ríos

2009 | GINEBRA -- Las primeras pruebas de que el tratamiento con ivermectina posibilita la eliminación de la oncocercosis fueron publicadas por la revista de acceso gratuito PLoS Neglected Tropical Diseases. Dicha enfermedad es conocida también con el nombre de ceguera de los ríos ya que los simúlidos (moscas negras) que la transmiten, se crían en los ríos. Además de la afectación cutánea, la oncocercosis produce a menudo ceguera. Existen más de 37 millones de personas infectadas, en su mayoría residentes en comunidades rurales pobres de África.

«Los datos que se acaban de publicar constituyen un hito histórico, con repercusiones de gran alcance en la lucha contra esta enfermedad. Antes de este estudio no sabíamos si se podía detener el tratamiento», ha dicho Uche Amazigo, Director del Programa Africano de Lucha contra la Oncocercosis (APOC), la organización encargada de aplicar las medidas de control de la enfermedad en África.

Este estudio plurinacional revela que el tratamiento con ivermectina ha detenido la transmisión y los nuevos casos de infección en tres zonas concretas de África donde la presencia de la enfermedad ha sido continua (zonas endémicas).

Tratamientos anuales para prevenir la reaparición

Como la ivermectina mata las larvas, pero no los gusanos adultos del parásito causante de la enfermedad (Onchocerca volvulus), son necesarios tratamientos semestrales o anuales para evitar su reaparición. En 1987, Merck & Co., Inc., la empresa que descubrió y fabrica el fármaco, decidió donarlo a los países donde la oncocercosis es endémica. Gracias a ello, se han tratado anualmente todos los miembros de las comunidades que lo necesitaban; así, en 2008 se trataron 60 millones de personas en 26 países africanos. A pesar de que este tratamiento a gran escala ha posibilitado el control de la oncocercosis en África, no había seguridad de que también sirviera para eliminar la infección y la transmisión, hasta el punto de que pudiera detenerse su administración. Muchos científicos han dudado de la posibilidad de eliminar la oncocercosis con ivermectina en África, donde se registra más del 99% de los casos.

Este nuevo estudio, realizado en tres zonas de Malí y del Senegal donde la oncocercosis era endémica, ha aportado las primeras pruebas de que es posible eliminar la enfermedad en algunas zonas endémicas de África gracias al tratamiento con ivermectina. Antes se creía que la eliminación de la oncocercosis sólo era posible en zonas reducidas y aisladas de las Américas donde la enfermedad es endémica.

Sin embargo, el estudio reveló que, al cabo de 15 a 17 años de tratamiento semestral o anual, sólo quedaban unos cuantos casos de infección en la población humana. Como la transmisión bajó a niveles inferiores al umbral de eliminación previsto, se suspendió el tratamiento en determinadas zonas de prueba, y las evaluaciones efectuadas 1,5 a 2 años más tarde revelaron que no se habían producido nuevos casos de infección ni de transmisión.

Se requieren más estudios

Aunque habrá que realizar más estudios para determinar hasta qué punto se pueden extrapolar estos resultados a otras zonas de África, se ha demostrado la posibilidad de eliminar la oncocercosis mediante el tratamiento con ivermectina. «Nos encontramos ante un excelente ejemplo de cómo una investigación de este tipo puede dar respuesta a importantes cuestiones sanitarias, y de cómo este tipo de alianzas puede contribuir a desarrollar la capacidad de investigación en países de bajos ingresos», ha dicho el Dr. Robert Ridley, Director del Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales (TDR) encargado de coordinar el estudio.

A consecuencia de este estudio, la junta del APOC ha adoptado ya un nuevo objetivo programático, consistente en determinar cuándo y cómo podría detener de forma segura el tratamiento en los 16 países africanos donde el APOC está prestando apoyo a los programas de tratamiento masivo con ivermectina.

El estudio, financiado en su mayor parte por la Fundación Bill y Melinda Gates, fue llevado a cabo por equipos de investigadores de los ministerios de salud de Malí y del Senegal, en colaboración con el Centro de Vigilancia de Enfermedades de Burkina Faso, y coordinado por el TDR, un programa copatrocinado por el UNICEF, el PNUD, el Banco Mundial y la OMS.

El TDR realizó gran parte de las investigaciones previas para demostrar la seguridad y eficacia del fármaco. La alianza entre Merck & Co., Inc., el Programa de Donación MECTIZAN, la OMS, el APOC y los programas de control nacionales se encuentra entre los primeros modelos de las numerosas alianzas publicoprivadas que han surgido en los últimos 10 años.

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